EL MISTERIOSO CASO DE LAS FOSAS COMUNES
Es fácil darse cuenta, que la noticia desde su redacción hasta su publicación, es manejada por intensiones particulares, que puede demostrar la búsqueda de organizar el conjunto de la sociedad para un fin específico, o la ocultación de las evidencias que permiten el caos y el terror de nuestra sociedad desintegrada.
De ésta manera, llegamos a través de la investigación periodística, a demostrar como Richard Blanco representa ese factor de la vida pública del país, que hace de la noticia un modo de construir la realidad, un recurso bien administrado para ocultar evidencias y compromisos con la historia, esa misma historia que todavía está por ser contada, investigada y descubierta, para de una vez por todas, impedir masacres como las acontecidas en el Caracazo, sepultadas todavía por la comisión de derechos humanos de la ONU.
De ésta manera, llegamos a través de la investigación periodística, a demostrar como Richard Blanco representa ese factor de la vida pública del país, que hace de la noticia un modo de construir la realidad, un recurso bien administrado para ocultar evidencias y compromisos con la historia, esa misma historia que todavía está por ser contada, investigada y descubierta, para de una vez por todas, impedir masacres como las acontecidas en el Caracazo, sepultadas todavía por la comisión de derechos humanos de la ONU.
En este sentido, Richard Blanco director y presidente de la Comisión de Reestructuración del Cementerio General del Sur, durante 11 años se dedicó a participar en la oleada mediática de elaborar informaciones que pudiesen desviar la atención de las fosas comunes, ubicadas en el sector La Peste II de dicho cementerio, relacionadas con las muertes del Caracazo.
Cuál es la verdadera intención de publicar un artículo, en el diario EL NACIONAL del domingo 17 de marzo de 1996: “Mafias del Cementerio, supuestamente encargadas de hacer enterramientos de cadáveres de manera clandestina” o paralela a la administración del Cementerio. Para mayor afirmación cuentan con la presencia e inspección de la Fiscalía General de la República, detectando: “cráneos, huesos, casquillos de balas, lencería de hospitales y restos de urnas” en las inmediaciones del Sector la Peste II”.
Cuál es la verdadera intención de publicar un artículo, en el diario EL NACIONAL del domingo 17 de marzo de 1996: “Mafias del Cementerio, supuestamente encargadas de hacer enterramientos de cadáveres de manera clandestina” o paralela a la administración del Cementerio. Para mayor afirmación cuentan con la presencia e inspección de la Fiscalía General de la República, detectando: “cráneos, huesos, casquillos de balas, lencería de hospitales y restos de urnas” en las inmediaciones del Sector la Peste II”.
Además se culpabiliza a los cuerpos policiales de traer cadáveres de indigentes, en palabras textuales se exhorta: “por lo menos que se detengan en las puertas del Cementerio y cumplan con los requisitos establecidos por las ordenanzas y leyes del país”.
Otro artículo con las mismas intensiones de desviar la atención, en EL NACIONAL del lunes 13 de mayo de 1996, afirma que: “Durante el Día de la Madre Casi un millón de personas acudieron al Cementerio del Sur”. Evidentemente una mentira de este tipo puede creérsela quién no maneja la densidad de personas que pueden transitar en ese espacio físico. Se Subtitula un apartado llamado ¨Tiempos de cambio ¨donde se hace apología directa a la labor organizativa de la administración del cementerio, pues reunieron para el día las madres a trabajadores de diferentes organismos para atender la visita de ¿un millón de personas?.
Además menciona que estos familiares de sus difuntos casi siempre vienen acompañados por tres sentimientos: “incertidumbre, temor y sorpresa”, debido a la posibilidad de encontrar las tumbas de los difuntos saqueadas, profanas, vilipendiadas; por agentes encargados de hacer negocios con la infraestructura de las tumbas, y hasta el despojo de utensilios de los difuntos que llevaban antes de ser sepultados. Se agrega dos anécdotas de familiares que encontraron las tumbas de sus difuntos sin piezas de metal, placas y jarrones.
Debemos decirte pequeño vocero del pensamiento prehistórico, que el mundo es muy distinto a la época donde tu sensibilidad se quedó, así aparezcas con cara de político pacifista, la historia le devolverá a nuestra gente, su dignidad. Queda pendiente hacer justicia por los miles de muertos y desaparecidos del caracazo, que tú mismo no quieres que sea develado, sabrás tú y Ledezma por qué. En este momento, el caracazo no es catalogado todavía como uno de los crímenes de lesa humanidad, más importantes de América Latina del siglo XX. Aún así, nuestra historia reconoce sobre la resistencia social de la población venezolana, colocándonos como el primer país en oponerse a los paquetes económicos del Fondo Monetario Internacional, que llevó al estado a reprimir a la población y cometer el peor crimen de la Venezuela del siglo XX.
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